ASIMÉTRICOS
Sergio Gaut vel Hartman & Javier López
Saltó de la cama y se acercó a Mariana, que se miraba
absorta en el espejo de la abuela Renata.
—Más bella que nunca —dijo
frotándole el lóbulo de la oreja izquierda. Ella se sobresaltó y le tomó la mano.
—Me asustaste. Supuse que seguías
durmiendo.
—¿Pusiste algo en la última copa?
—¡Por supuesto! De lo contrario
hubieras tratado de hacerme el amor.
—Es mi naturaleza.
—Pero la biología nos ha dicho que
no, querido. Nuestros órganos no son complementarios. Disfrutemos del amor sin
sexo.
Desde que Bayern Enterprises se
encargaba de incubar bebés humanos para liberar a las hembras de la tediosa
tarea de quedar embarazadas y parir, las anomalías orgánicas no habían hecho
más que multiplicarse. Mariana tenía su sexo en una pequeña apertura del talón
de su pie izquierdo. Ignacio, en una protuberancia que salía de su nuca.
—Disfrutemos del amor sin sexo
—asintió él, cabizbajo.
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